martes, 26 de marzo de 2019

Tan escurridiza

Casi no podía caminar. Lo hacía realmente despacio. No era un caminar lento al estilo cinematográfico; parecía encorvado,  torpe, ridículo y debía de dar una imagen lamentable de mi mismo.
No es que me pesaran las piernas mientras me arrastraba de madrugada desde la sala principal de aquél tanatorio hasta el silencioso y frio aparcamiento exterior, es que la gravedad había cambiado y mis hombros casi no podían soportar el peso.
No estaba triste. O quizás si, pero no sabía por qué. Tampoco sabía qué hacer con esa tristeza. Anteriormente había observado a todas esas personas que venían afligidos a despedirse del finado, dando salida al dolor que les había ocasionado su pérdida de diversas formas: Llantos, abrazos, alaridos espontáneos, risas, flirteos. 
Cada uno tenía su mecanismo catártico.

Yo no sabía qué hacer con la mía. Igual es solo que cuando intentaba agarrarla para sacarla como hacían los demás, la muy hija de puta se escurría entre tanta mierda. Se revolcaba entre otras tristezas y dolores. Igual se hacía tan grande que resultaba imposible expulsarla y no quedaba más remedio que arrastrar esa indigesta tristeza. O quizá tampoco existía. A lo mejor se la había tragado el agujero negro que vive en mi.

Levanté la cabeza esperando una señal, algún tipo de respuesta o pista. No se, tampoco esperaba una Epifanía bíblica, pero sí algo que me animara un poco, que me hiciera sentir menos solo; Allí sólo estaban el Parking: los aparcamientos medio vacíos y el turno de madrugada de una desafinada orquesta de grillos.

Caminaba muy despacio hacia mi coche y no podía estar triste. Me sentía grande. Pero no grande como un emperador o como un filántropo o un superhéroe. Sentía el ritmo de mis pasos pesado y lento. Eran los pasos de alguien grande. De algo grande.

Y pensé en los dinosaurios. Y en la creación. Y en si fue antes el huevo o la gallina.
Un enorme dinosaurio en mitad de la madrugada caminando por el aparcamiento de un tanatorio.
Un cansado dinosaurio. Creado por Dios. Negado por su Iglesia. Habiendo existido o no. Quizás habiendo estado, pero sin estar.


Un viejo dinosaurio caminando de manera inexorable a la extinción.

jueves, 14 de marzo de 2019

Lo que queda


Lo que queda



Yo he recogido tu cuerpo del suelo. Aún estaba caliente, pero ya no quedaba ni una chispa de vida en tus ojos negros. Recogí del suelo tu cuerpo sin vida, y cómo si de un agujero negro se tratase, por segundos, se iba llevando también la mia y la de aquellos que tanto te queríamos.
Supongo que contigo ha muerto un gran pedazo de nosotros.

Ahora mismo estamos destrozados. Todos te lloramos todo el día. todo nos recuerda a ti. Estás en cada cosa. Quizá hayas muerto, pero a pesar de esa circunstancia tan desagradable, resulta que ahora estas en todo. Hay un poco de ti en cada cosa. Estás ahí en forma de recuerdo, y si lo recordamos es porque ocurrió. Y lloramos. lloramos y lloramos porque no va a volver a ocurrir jamás. Te priva de la vida, y nos duele. Nos priva a nosotros de ti, y nos duele. No va a volver. 

No va a volver a ocurrir nada de aquello tan maravilloso. Y sin embargo, miro hacia ese peluche que lleva semanas haciendo cola para darse un buen baño en la lavadora porque esta tieso de los chupetones y; ¡vuelve a ocurrir! 
Ahí estás tu, mirando con deseo a Daniela desde el momento en que llega con ese sabroso peluche nuevo. Entramos. Saludas y revoloteas a nuestro alrededor y te percatas de su nuevo peluche pero solo lo miras tímidamente. Sin embargo, en el momento en que la niña lo suelta en el sofá para ir a la ducha o cualquier otra cosa, ahí asoma ese hocico afilado y esos ojillos de tiburón, atacando furtivamente al peluche. Te lo llevas a tu cama y allí lo chupeteas en tu regazo hasta la saciedad. Si te pillamos haciéndolo, echas las orejas para atrás de forma coqueta con el peluche entre tus patitas. 
Nada volverá a ocurrir pero -Oh, mírate, casi puedo verte haciéndolo. Casi puedo tocarte.

El coyote se ha llevado de una forma ruín a nuestra perra. nuestra flaca. Nuestra frágil y bondadosa Flaca. Y yo no te voy a olvidar jamás, ni Daniela. Y por supuesto jamás te va a olvidar Noe. Pero todo eso ya lo sabes, deseo con toda mi alma que ya lo sepas. Y sentimos una gran impotencia por todo esto: el coyote ronda nuestra casa, te acecha durante unas semanas, y finalmente te arranca de nuestras vidas, pero -Eh, espera-; casi puedo olerte y tocarte si pienso en el invierno, en cómo te tapaba antes de irme a dormir, y te rascaba la “calva” y te decía buenas noches. 

¿Te ha llevado el coyote? Si algo caracteriza a la muerte es que siempre gana. antes o después siempre llega y termina con todo. Pero, ¿Y si no es así? ¿Y si tienes algo que ni siquiera la muerte te ha podido quitar? Algo que te hace especial, flaca. Algo por lo que eras nuestra perra. Nuestra familia. nuestra querida flaca. 
La muerte puede haberse llevado tu cuerpo, pero tienes algo que no se ha podido llevar. tienes algo que jamás se podrá llevar. ha fracasado si pretendía borrarte de la existencia. 
Has dejado algo que queda vivo con nosotros; tu historia.
Nadie va a llevarse eso: está en nuestros recuerdos. Tu historia. Absolutamente toda tu historia. 
Eso no puede llevárselo nadie porque no has cosechado más que amor entre todos aquellos que tuvimos la suerte de coincidir contigo en esta vida. 
Has vencido, Flaca. Venciste a los primeros años de vida;sola en la calle tratando de sobrevivir.
Y has vencido en tu muerte, porque sigues aquí. Sabe Dios que sigues aquí.
Sigues aquí rompiendo las bolsas de basura.
Sigues aquí saliendo al porche con la manta colgando de tu espalda como Superman.
Sigues aquí subiéndote al sofá cada vez que nos vamos de casa.
Sigues aquí recibiéndonos con saltos de alegría y mordiscos cuando llegamos de la calle.
Sigues aquí corriendo libre por el bosque.
Sigues aquí con la cabeza en mis rodillas mientras tomamos el sol.
Sigues aquí probándote unos escarpines que te hacen caer de bruces.
Sigues aquí mientras Daniela te cepilla, te besa, te abraza y te pone sellos de corazones.
Sigues aquí mientras Noe y Dani te dan comida a escondías. 
Sigues aquí mientras también te suben y te meten en la cama a escondidas.
También sigues aquí mientras soy una bestia desagradable contigo cuando solo buscas mi atención y compartir tu tiempo y tu amor conmigo.

Sigues aquí, flaca. Sigues aquí, mi amor. Eso no puede quitártelo nadie. Eso no nos lo puede quitar nadie. Existió. Todo eso ocurrió una vez, y vuelve a ocurrir cada vez que lo recordamos, y estás en todas partes. Has sido una de las mejores cosas que nos ha pasado en la vida, Flaca, y es imposible no sonreír incluso mientras lloramos, al recordarte y hablar de ti.

Has sido todo amor, Flaca. Solo tenias amor, atención y cariño para todo el mundo. Has sido el ejemplo perfecto de cómo resistir a la adversidad, de hacer exactamente lo contrario a lo que yo estaba haciendo y oh, que ciego he estado. Te tenía delante y no era capaz de verlo. Eres el ejemplo de cómo no dejar que la vida te doblegue. Cómo no permitir que te robe la alegria, la bondad, la inocencia. Cómo ganarle el pulso al horror diario y mantenerte dorada.

No importaban los años en la calle, no importaban las broncas, las malas caras en un mal día, algún mal gesto. No importaba, siempre tenías amor para dar. Es lo único que importaba; dar amor a todos. Eso nos has enseñado. Y la demostración de que ese es el verdadero camino, es que hoy todos te lloramos y estamos desolados por no haber podido acompañarte en tu viaje al otro lado. Por no haber podido rascarte “la calva” por última vez. Por no haberte besado y abrazado y haberte dicho una última vez cuanto te queremos.

No se si alguien puede leerte esto, calvita, no se cómo funcionan las cosas ahora para ti, pero si estás en una nube rosa -como le hemos explicado a Daniela-, y allí pillas Wifi, y puedes leer esto o tienes a alguien contigo que lo pueda hacer: 

Te queremos, Flaca. Te quiero muchísimo, mi amor. Muchísimo.
No sabes cuanto duele estar sin ti. No sabes cuanto me duele no haber estado a la altura y no haberte dado tantísimo amor como el que tu ofrecías en cada momento sin importar las circunstancias. 

Te quiero muchísimo. Te extraño. Por favor, no nos olvides. Te lo suplico.
Todo nuestro amor está contigo.
Y no sabes cómo duele. No te haces una idea. Te dejaría comer salchichas hasta que vomitases.
Haría lo que fuera por verte una vez más, Flaca. 

Te quiero.

Quizá hayas muerto, pero no lo ha hecho tu historia. Tu historia sigue viva. Sigues con nosotros. nunca dejaremos de hablar de ti. Quiero conocer tu historia de parte de todos y cada uno de los que hayan tenido el placer de coincidir contigo en esta aventura, así entre todos, te devolveremos a la vida una y otra vez.

Que descanses en paz, mi amor. Mi calva. Mi preciosa y loca galga.


Te quiero.


miércoles, 16 de diciembre de 2015

Srta. "H"





De acero,

puedes sostenerte 

un rato,

o para siempre.


Al interrogante

que plantean tus ojos,

yo respondo;

De acero 


De absoluto e imperfecto acero

viejo y desgastado

con tendencia a la ira



conductas suicidas

de hombre de acero

sin miedo


Que se funde 

y se moldea de nuevo

De acero indestructible


puedes sostenerte 

un rato,

o para siempre.



Pero te lo advierto:

como todo hombre 

de acero

tengo mis puntos débiles:



Tus lágrimas

de Kriptonita

pueden desestructurarme

atómico-molecularmente.



De acero,

puedes aferrarte fuerte

mientras recorres 

las cornisas

de rascacielos

a través de la noche

siguiendo baldosas

de neón
  
por montañas 

de fluorescentes.



Si te preguntan, 

ya lo sabes;

soy de acero

a veces candente.



Quizás me encuentres

añejo y cansado,

acero caducado

despintado, 

oxidado

más viejo que el sol,

trasnochado,

pero 

De acero.



Un punto de apoyo

seguro,

permanente,

de Lunes a Domingo

de Enero a Diciembre.



De acero,

aunque hace semanas

que no duermo nada,

está por asomar 

tu primer diente.




De acero, 

soy de acero.

Puedes sostenerte 

un rato



o




Para siempre.

 

lunes, 26 de octubre de 2015

Salgo a buscar(me)te

Y casi nunca nada es casualidad, sino consecuencia
Como es consecuencia que ayer, hoy y mañana, mientras atravieso parajes ignotos, sólo bordeados por vastas extensiones -la nada rodeando a la nada-, a cada Kilómetro, los neumáticos, el asfalto, o todo ello junto, aullen un mismo nombre. En mil idiomas diferentes. Un solo nombre.

El tuyo, eterno copiloto.

El tuyo.

Y todo lo demás, tan solo es el universo. Los bosques. Las alimañas. Nosotros. 

Tú. Yo.

El asfalto y nosotros.

Y ahí afuera; 

La nada.

Tú.

Los aullidos.




Mientras tanto: 
El chirriar de los engranajes que tratan de volver a dar cuerda al mundo.



Nosotros resistiendo,












la




NADA.




El matrimonio del cielo y el infierno. William Blake.

Proverbios del infierno: Una misma ley para el león y para el buey es opresión.


viernes, 23 de octubre de 2015

¿Quién soy?

Ya es 
una verdadera victoria,
que no te arañen
las tripas

Cuando la estupidez
repta a través
de la línea telefónica

Cuando se arrastra 
sigilosa  desde
su boca a 
tu oído

Cuando despiertas perdido
en las avenidas
del olvido



la mentira 
se ha construido,
siguiendo estrictas
leyes arquitectónicas.



Es una 
verdadera victoria,
amigos y amigas
que al saltamontes
lo devoren
las hormigas

El consuelo
de las religiones
vendiendo castigo y fatigas

El castigo eterno 
para aquél 
que hostiga

para aquél que gira
y
gira

hasta alcanzar
la última vuelta
de tuerca
de la noria.



Es una
verdadera victoria,
no cabe duda

Que perdidos 
en océanos
de dudas

aún nos dignemos 
a llamarnos 
capitanes,
conocedores,
sabios,
profesores

Esperpénticos actores
que fingen
haber pisado 
la luna.



Es una 
suerte y una verdadera
victoria

No yacer muertos
sobre las baldosas
de cualquier baño
en vísperas de
fin de año

víctimas

de una pandemia 
que un día,
alguíen llamaría
amor.



Es sin duda
una victoria que 
sin duda pasará 
a la historia 
de esta academia de bufones
en el papel de descubridores

Levantarse cada mañana
con mil cuchillos
en la espalda

Dejar los 
sueños en 
el colchón

Sentarse en 
el retrete y
expulsar el corazón



salir a la calle
 a dar 
de nuevo
cuerda al mundo.

Salir a la calle
a dar cuerda
al 
mundo.

Ejecutivos a las
oficinas, 
a las plazas 
los vagabundos.


Dar cuerda al mundo.



Es una
verdadera victoria,
ver esa sonrisa 
en tu cara

Mientras sigues
unas huellas 
de neumáticos
 en el asfalto
estático
de este 
Octubre infernal.

Sonríes
y
olfateas

Siguiendo el rastro
de tu Dios
que se pierde

que se funde
con el verde
del horizonte

Sin decir siquiera
Adiós.



Es ya
una victoria, 
estamos de celebración.



Tenemos tanto 
que celebrar.





Sal ahí.





Sal.




Sal a buscarme.





y





si me encuentras,





ven




y





dime




quién




soy. 



 

lunes, 1 de junio de 2015

TODOS





Todos mis enemigos llevan

el pago del alquiler al día.

Todas las noches se reunen

alrededor de la tarta

y

me cantan a coro: "Cumpledaños Feliz".


Todos mis enemigos danzan

con desmesurada alegría,

al son de cada fracaso,

o

del tintineo de las monedas

que caen por los agujeros

de mis bolsillos.


Todos mis enemigos.


Y esa mancha en la pared.


Son todo lo que me queda.





Todos

mis enemigos

padecen



Insomnio.