miércoles, 12 de marzo de 2014

En caso de naufragio (asegúrate de que no estás en la bañera de casa)

Pataleaba, chapoteaba, gritaba, me anestesiaba, me agotaba, dormía y así una y otra vez durante largas y duras semanas que fueron desgastando mi espíritu. Tenía tanto miedo de ahogarme en medio de ese agitado mar. Tenía tanto miedo de perderla para siempre y arrastrar la herida que dejaba su ausencia eternamente.

Cuando quedé totalmente exhausto, cuando mis fuerzas se agotaron y no podía seguir luchando por mantenerme a flote, simplemente paré de agitarme para dejarme morir allí, ahogado en la pérdida.
De repente sucedió algo increíble, algo realmente revelador: comencé a hundirme, solo me quedaba la cabeza fuera del agua, luego solo podía respirar por la nariz, y de repente, para mi sorpresa, cuando cerré los ojos preso del miedo, mis pies tocaron tierra, quedé de pie.
Había estado tan asustado que ni siquiera comprobé ninguna vez si allí donde me encontraba podía dar pie. Había estado aterrado por algo que podría haber solucionado tan solo manteniendo la calma y poniéndome de pie. Quizás la única tormenta que arrasó la costa durante aquél momento era la que yo mismo llevaba dentro, la que yo había desatado, aquella que unía confusión, miedo y duda. 


Aún así, después de lo ocurrido estaba bastante desgastado, deshidratado, desalmado y nostálgico, Dios, nunca había querido así a nadie, nunca nada me había hecho sentir tan poderoso y tan débil a la vez, todo aquello en lo que me había convertido se tambaleaba, mis cualidades y aptitudes se agudizaban, mi paranoia quería asegurar la permanencia indefinida de la situación, ¡JÁ! eso es como querer atrapar con las manos el aire, y además, asesina la magia del momento.

Por un tiempo me dediqué a cambiar de hábitos, quizás así podría apagar el dolor, podría atenuar la tristeza y seguir con mi vida sin despertarme cada mañana pensando en ella ni acostarme cada día extrañándola con todas mis fuerzas. Decidí por una vez aceptar a la gente, rodearme de gente diariamente y a todas horas, amortiguar los golpes que me lanzaba su recuerdo con una multitud, a modo de escudo humano, y así llegamos a la noche anterior a mi cita especial, a esa cita tan particular.

La noche anterior a la cita de la que me gustaría hablaros había sido un ejemplo gráfico de lo que es la vida, había concentrado en unas 8 o 9 horas, todo lo que una vida contiene, había habido desencuentro, traición, amistad, compañerismo, dolor, desconcierto, había habido muerte y también vida, cosas que nacían y cosas que de repente nos enteramos de que habían desaparecido para siempre. Ausencias.

Yo estaba sentado en aquél bar, estaba allí y tenía algo importante que redactar, el bar era realmente oscuro, había un ambiente furtivo, también había un DJ con bastante buen gusto que se movía entre clásicos Underground, Post-Punk, Rock de los 70 y otros estilos propios de subculturas del rock.

Necesitaba redactar algo importante, me lo estaba diciendo aquél neón verde con una estrella roja a su lado. Todos los allí presentes hablaban, y yo respondía y reía, pero realmente estaba ensimismado mirando aquél Neón, algo que brillaba en medio de aquella oscuridad. No podía evitar pensar en ella, aquella oscuridad, aquella sordidez, todas aquellas chicas preciosas con disfraces de chicas malas, maltratadas, chicas que se habían hecho a sí mismas, chicas cultas, todas desesperadas reclamando atención, reclamando amor, amor de verdad. Tipos ofreciendo polvos baratos y egoístas, violencia y decepción.

Ese oscuro lugar podría haber sido mi vida, y aquél Neón, aquél Neón que mantenía un rinconcito de aquel infierno iluminado, podría haber sido ella, si en lugar de “Heineken” y una estrella roja, hubiera puesto “Luci” y al lado se hubiese encontrado un tridente.

Gracias a la generosidad de la atractiva camarera, que destilaba lascivia, pude redactar allí mismo mi último pacto con la palabra, uno que me devolvía de nuevo a sus brazos y a todo lo que eso conlleva. La chica me cedió unas hojas de un viejo bloc que tenía tras la barra y un bolígrafo. 
Volví a la mesa y me puse a escribir, aislado de todo, sin ver a nadie y solo escuchando el “Enjoy the Silence” de Depeche Mode que sonaba acertadamente en aquél momento. Allí había firmado mi tregua con el Rock and Roll. La noche se prolongó hasta después del amanecer, y yo volví a casa una vez más, saludé a mi compañero de viajes y dormí un par de horas, luego comenzó el día de la recapitulación.

Justo después de comer nos pusimos en marcha. No me importaba haber dormido solo un par de horas la noche anterior. Tampoco era un impedimento el malestar general propio de una noche sin dormir, me hacía sentir cansado e indefenso, pero no me importaba.
No me importaba renunciar a una placentera siesta frente a la televisión, una agradable siesta en el sofá en una tarde domingo, en una cálida tarde de Octubre mientras en la televisión ponen una absurda película que no interesa a nadie, pero que tiene un poderoso efecto somnífero.

A medida que iba recorriendo Kilómetro a Kilómetro la carretera que me conducía a aquél lugar hacia donde me dirigía acompañado por mi rata gigante, me iba sintiendo mucho mejor conmigo mismo.
Podía ver con más claridad, podía sentir que comenzaba a respirar aire de verdad, a medida que devoraba palmo a palmo aquella vieja carretera bordeada por ambos flancos por el mar.
Conforme me iba acercando al punto de encuentro, todo comenzaba a cobrar sentido, incluso las palabras que emitía el genial Mark Lanegan, que interpretaba su obra maestra "Bubblegum", cobraban ahora otro significado mucho mas revelador.

Acudir a esa exclusiva e inexcusable cita cada vez tenía más sentido. Era mi pequeño secreto, aquello que nadie imaginaría que suelo hacer, mi último refugio.
Había estado aplazando esa cita durante demasiado tiempo. Era una cita muy esperada e importante, me dirigía camino del lugar en el que iba a encontrarme conmigo mismo.

Al bajar del coche solo podía oírse el silencio, el silencio que era roto cada cierto tiempo por el sonido de las olas rompiendo en la orilla de aquella playa. Caminamos un rato junto a la orilla, debo reconocer que estaba algo nervioso, no sabía cuando aparecería mi escurridiza conciencia y el sol golpeaba cruel incendiando mis pensamientos y el lomo de mi rata gigante.
Después de un rato caminando, pude ver su silueta a contraluz. Estaba sentado en la orilla, totalmente gris, no se movía, pero a cada paso que yo daba hacia él, aquella sonriente estatua de sal iba deshaciéndose y de su interior, como si de un crisálida se tratase, surgía un nuevo yo, uno de carne y hueso.

-Pensaba que no ibas a venir nunca -dijo sin perder aquella enorme sonrisa-, veo que traes a esa bola de pelos contigo, debe ser el único que te aguanta ¡Ja Ja Ja Ja! Es broma, capullo, siéntate.

-Siento haber tardado tanto en pasar por aquí -dije sin mirarle, mientras jugaba con una concha entre mis manos-, he estado un poco ocupado.

-Si, algo he oído, según dicen te has llevado algún tiempo buscando algo dentro de tu culo. Ja Ja Ja

-Me alegra que te lo tomes tan bien. Para mi no ha sido tan gracioso, tengo la sensación de haberlo hecho todo mal.

-No seas llorica, joder. Yo te veo bien, tienes buen aspecto. ¿Cómo te ves?

-Como una mierda disfrazada de una mierda aún más grande -bromeé-, no, en serio, ahora me veo bien, por eso he vuelto, no quería venir a deprimirte.

-¿Sabes qué aspecto tienes? Lo he pensado desde que te he visto aparecer. Tienes el aspecto de un tipo que acaba de aprender la lección de su vida. Tienes una mirada diferente, te veo más firme, y además, ahora sonríes de nuevo. Joder, cómo me alegro de verte. El siguiente paso será reír. Esa sonrisa torcida está muy bien para otras cosas, pero deberías probar a reír, te sentirás mejor.

-Ya lo hago, claro que río, pero ya sabes, no puedo forzarme, solo río cuando de verdad me apetece, cuando me siento bien. Nada de sonrisas torcidas, te hablo de reír, ¡Joder! Si hasta he llegado a tragarme un bicho...

-Me alegra oír eso, en serio. ¿Crees que has aprendido algo de todo esto?

-No lo se. Es lo primero que creo que he aprendido, que no estamos nunca seguros de nada, y que en realidad, tampoco hay por qué, está bien así. Me he llevado mucho tiempo multiplicando el dolor de cada herida, buceando en ellas, analizando su esencia, intentando descifrar su composición, en definitiva, ahogado en mierda. Eso no lleva a ninguna parte, cada día es un nuevo día y lo mejor que puedes hacer cuando caes es levantarte y sacudirte el polvo, luego sigues caminando si te apetece, o te sientas un rato, qué más da, solo se trata de hacer cosas que te hagan sentir bien.
También he aprendido todas esas cosas que ya sabes, he aprendido lo que es sentir que hay algo que te importa más que tu mismo, he aprendido todo lo que no hay que hacer para mantener a salvo de nuestro desequilibrio todo eso, en fin, una buena lección.

-Joder, acabas de ponérmela dura, tío. En serio, no se si echarme a llorar o meneármela. Te veo bien, joder.

-Eso me digo cada mañana o cuando me veo en el espejo, me la pongo durísima tío, es increíble, nos hemos convertido en todo aquello que siempre quisimos ser, hemos hecho un buen trabajo, de verdad, no cambiaría nada. 

-Y aparte de ser, ¿Qué me dices de tener? ¿Hemos conseguido todo lo que deseábamos?

-Te olvidas de algo, nunca hemos sabido lo que queríamos, es tan complicado. Tengo muchas de las cosas que deseo, y tengo el deseo de muchas otras cosas que pienso luchar por conseguir. He perdido muchas otras, pero las he experimentado, y aunque algunas pérdidas son irrecuperables, nadie puede borrar lo que ya ha sucedido, de alguna manera algo queda para siempre.
Estoy cansado de presionarme, me gusta lo que he hecho con el barro que nos cedieron, una buena pieza, todo nervio, piel, huesos y actitud y estilo, me gusta escribir, me gusta componer y tocar. Queda mucho por hacer, pero al menos estamos en el camino y tenemos todas las armas que necesitamos.

-¿Qué tal va ese bloqueo de escritor?

-Aquí me tienes, he traído esta libreta para tomar notas para mi novela. Sigo trabajando en ella, cada vez hay más post its en mi escritorio con giros de la trama. He estado jodido y mis cualidades no están al máximo, pero no pienso abandonar, ni forzarme, cuando me fuerzo solo sale mierda. Ahora simplemente me dejo llevar, las palabras siempre han estado ahí, comenzaron siendo una terapia, luego aspiramos a algo más y fuimos trabajando en ello, las palabras nunca se han ido, cuando les apetezca, aparecerán.
Forzar las cosas a veces es contraproducente, lo se de buena tinta, cada mañana saldrá el sol, y eso será lo único que se mantenga estable día tras día hasta que deje de ocurrir, el resto de cosas son impredecibles, a veces pasarán cosas increíbles, otras veces acontecerán hechos terribles y otros muchos días todo será mundano. 
No tiene sentido ese sin vivir, estamos aquí ¿no? Pues bien, vamos a movernos, vamos a permanecer, vamos a hacer lo que se vaya terciando, no nos obsesionemos.

-Me parece bien, seguro que cuando te des cuenta, estás al cien por cien, escribiendo mejor que nunca. Te veo relajado, pero me gustaría hacerte una pregunta ¿es el desengaño lo que te ha empujado a este estado? ¿Sientes que nada había sido lo que pensabas, que todo fue un error? ¿Intensificaste demasiado algo y ahora ves que quizás no era para tanto?

.-Para nada -contesté sonriendo-, solo se trata de evolución. ¿Qué sentido tiene seguir haciendo algo que no lleva a nada, algo que no soluciona  tus problemas? Solo es evolución y aprendizaje.
Yo sigo siendo el mismo, estoy dispuesto a luchar a muerte por convertirme en escritor, se que tengo que hacerlo, me golpea desde dentro. Estoy dispuesto a morir por el Rock and Roll. Sigo creyendo firmemente en mis convicciones, pero he descubierto que algunas partes de mi forma de hacer las cosas no era la más adecuada, tenía mi patrón de conducta A,B,C y con él pretendía solucionar todo, no había tregua, lo aplicaba a todo. Ahora he descubierto diferentes caminos, estrategias, ventanas por las que escapar cuando un muro bloquea el camino, puertas, escaleras para saltar, etc.
He estado tan ciego y obcecado.

-Ya sabía lo del Rock and roll y las letras, ya sabes que ni el bloqueo de escritor ni los problemas con la banda ha sido lo que te ha llevado al límite. ¿Tienes algo que decirme al respecto?

-Claro, a ti no puedo engañarte. He aprendido que el todo se divide en partes. Aquello fue real, joder, claro que fue real y sigue ardiendo aquí como el primer día,pero ¿Qué se supone que quieres que haga?
Como ya te he dicho, el todo se divide en partes y estas por separado no tienen menos valor que en conjunto, no se tocar el violín, pero me encanta escucharlo.
Aquello fue real, es real. Es mi persona favorita, es especial. Nadie habla como ella, nadie habla de lo que ella, ni nadie ríe como ella o como yo cuando estoy con ella. Si pensara como un "todo", sería desolador todo lo que habría perdido, pero sin embargo, si me alejo de los extremos puedo abrir los ojos y seguir mirando esa sonrisa, puedo seguir abriendo los oídos y escuchando esa voz, no puedo hacer más que estar ahí y disfrutar del espectáculo, un espectáculo único, exclusivo, una maravilla existencial, ¿se puede pedir más?
Todo fue verdad, y como consecuencia solo puedo estar agradecido y sentirme realmente afortunado y afirmar que siempre podrá contar conmigo, siempre, para lo que sea.

-Te creo. Miras diferente, amigo.

-¿Te asusto?

-Para nada, de hecho es la primera vez que no siento miedo ante tu mirada o tu sonrisa. Creo que estás aprendiendo un poco de todo lo que aún te falta por aprender, pero no puedo evitar emocionarme al ver como te alzas de nuevo. Estoy orgulloso, de verdad.

-No podía seguir revolcándome en la miseria, eso no iba a arreglar nada. Ahora solo quiero sentirme bien, cada día es una nueva ocasión para sentirnos bien, para dar un paso más hacia aquello que queremos para nosotros, para lo que queremos en nuestra vida.

-Sabes que esto empieza a parecer una jodida guía de auto ayuda,¿verdad? espero que esta mierda sea solo una excepción, vienes aquí pones tus cosas en orden y lo aplicas a tu vida, pero joder, una y no más.

-Estoy de acuerdo, es el texto más egoísta que he escrito en mi vida, pero si te soy sincero me la trae floja, era necesario y al menos así tecleo un poco.

-Mira, acercate -dijo caminando hasta meter los pies en el agua- agachate y mira mis manos -metió sus manos en el agua-. ¿Ves como cambian? Ahora parecen garras que tiemblan, en lugar de mis manos.
Lo que trato de decirte es que a veces, si en lugar de dejarte llevar y dejar que las cosas fluyan,quieres aferrarte a donde estás y mantenerte firme en tu paranoia, como hiciste cuando lo echaste todo a perder, las cosas se distorsionan, se malinterpretan y acaban sembrando el caos, convirtiendo unas simples manos en algo amenazante y confuso. Si algo va en la dirección correcta, consideralo un regalo y disfrútalo, disfrútalo dure un minute, un día, un año, o una vida, sólo disfrútalo, déjate llevar.

-Descuida, así lo haré. Ahora debo irme.

-Bien, pero antes ¿Cómo estás por lo de ese chaval? Se que te ha recordado aquello otro y es una putada, son unas fechas difíciles.

-Ah, joder -contesté- ha sido una putada, no éramos amigos, de hecho yo me inventé su mote, pero aún así me ha jodido bastante, es una mierda que la gente muera a esas edades, era un puto crío aún. Creo que debo escribir esa entrada para él, debo contar cómo me inventé ese mote porque en aquél entonces a los dos nos gustaba la misma chica y necesitaba ganarle, desprestigiarlo y ganarle, conseguir a esa chica, joder, me gustaba y era tan extraña, tenía que hacerlo y lo hice. Gané, pero eso lo contaré otro día. Tengo que irme, me ha gustado encontrarte, ya casi no recordaba tu voz.

-Sigue creciendo, amigo, encuentra el equilibrio, ni te aferres a imposibles absurdos creados por tu mente ni cedas ante la derrota. Ve a buscar la felicidad, quizás se encuentre en un rayo de sol que se cuele por la ventana de tu cocina y se estrelle contra esa tostada. Hasta pronto.


Durante el camino de regreso, él dormía en el asiento trasero, el sol se ponía entre los edificios de la cuidad y yo pesaba 30 Kilos menos. Y sonreía. Y sonreía. Y sonreía.


*Ella se dejaba acariciar por la canción, y sonreía hacia el lugar donde una vez yo me senté.
Una luz hermosa. Ella se vistió.

S.E.D.M.C.T.


Buenas noches.


*Mi Munchausen.

No hay comentarios:

Publicar un comentario