miércoles, 17 de abril de 2013

Todos somos chinos

Quiero pensar que hasta el más salvaje pura-sangre
 alcanza un día en el que se cansa de correr libre campo a través.
Que el más intrépido canino
 se cansa en algún momento de perseguir su presa
Imagino que incluso el más lerdo de los peces
 se cansa de morder el anzuelo.

Quizás, en el fondo de todo esto
la realidad de la vida sea respirar
hasta el momento en que te cansas de soportar el error.

Mi vida es como un canódromo,
y yo soy un galgo (llevo mis costillas por bandera)

A lo largo de mi recorrido por el circuito
no paran de presentarse obstáculos.
Los supero, paso de largo,
pero acabo de darme cuenta de una cosa:
Los obstáculos provocan un desgaste,
por lo que de alguna manera los obstáculos
nunca terminan de irse.
Aunque tu vida siga adelante
un pedazo de tí se queda ahí para siempre.

Yo tengo ganas de seguir en la carrera,
tengo algunos motivos para continuar
y las fuerzas necesarias (supongo que muchos galgos habrán dicho esto antes del gran batacazo)

Mi intención es continuar mientras me quede
una gota de sangre en mis flacas venas.
Me encontraré nuevos obstáculos, los enfrentaré,
los estudiaré y los superaré.

Quiero pensar que hasta el más débil de los galgos
puede seguir adelante con fuerzas e ilusión.

Debemos trabajar en ello.

Debemos trabajar.

trabajar. trabajar. trabajar. trabajar.

Al fin y al cabo, 
todos somos chinos.

Todos somos galgos.


Un galgo.

See you (sooner or later) - Josemi

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