martes, 15 de abril de 2014

Todavía

Todavía necesito pellizcarme,
necesito hacerlo cada cierto tiempo.

Todavía cada noche, y aún a tu lado,
me despierto sobresaltado:
me aterra que todo haya sido un sueño.

Todavía cuando te tengo a mi lado,
pierdo el control por completo,
pierdo el control sobre mis actos,
comienzo a mezclar conceptos:

"Intento detener la vista,
quisiera echar atrás el tiempo".

Todavía si me esfuerzo,
todavía, aún hoy, puedo verlo:

Fui recorriendo el camino de baldosas amarillas,
estaba desesperado, persiguiendo al conejo.

Y el camino se cortaba allí,
justo debajo de tu portero automático,
y yo me senté esperando algún momento mágico
mientras me arrojabas baldosas y me disparabas balas de silencio.

Todavía, y debo confesarlo,
todavía hoy tiemblo
cuando pienso en esa fuga,
en ese maldito Diciembre Negro.

Todavía no las he encontrado,
tengo que reconocerlo.
No hay palabras para describirlo,
así que me limitaré a los hechos.

Y como soy un desastre ambulante,
arraso todo del revés y ni siquiera me entero.
No son lo mío las disculpas,
puedo arrasar con todo sin saberlo.

Y nunca pediré tu perdón,
no es mi estilo hacer eso (porque el perdón es pa´los curas
como dice un buen amigo):
paraguas rojo, acércate al negro

Todavía la madrugada.
Todavía me parto el cuello.
Todavía te veo en todas partes.
Todavía me muero cuando te pierdo.
Todavía te busco en los parques,
cuando hay guerra y nos arrojamos fuego.
Todavía y creo que para siempre
Todavía voy a reconocerlo:

Podría dejar que pasaran mil trenes, 
que se vayan todos, no me importaría perderlos.
Me torturaría de nuevo cien veces,
condenaría mi alma al infierno.

Estrellando mi cabeza contra tu muro, 
desollando mi piel en tu incendio.
Persiguiendo de noche tu estela,
Entrelazando en un cine nuestros dedos.

Todavía, sin ningún lugar a dudas,
todavía y por siempre,


Te quiero.





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