jueves, 29 de agosto de 2013

Garabatos



Siempre has sido la versión inteligente de mí, la que disfrutaba de todo lo que yo disfrutaba, con el añadido de que sabías montártelo para no correr riesgos.
Podríamos haber sido hijos de la misma madre, de hecho, aunque tu seas una tumba respecto a tu vida personal (la castración emocional en tus relaciones familiares, tu oculta frustración y tu odio hacia todo lo vivo), yo diría que ambos llevábamos a nuestras espaldas un saco lleno de horrores vividos durante la infancia.
Teníamos muchísimas cosas en común, nuestra pasión por el mar, siempre escapábamos allí, nuestra pasión por el rock and roll (tu excusa para consumir y saciar tus vicios), y nuestro carácter antisocial (tu querías acabar con todos, a mi me daba igual que todos desaparecieran). Hacíamos un buen equipo.
El problema es que solo de mi decían que era "de la piel del diablo", y eso no me ponía las cosas especialmente fáciles. Aún así, no puedo negar tu fidelidad, y no puedo negar que sabías hacer bien tu parte del trabajo, eso no puedo negártelo. 
Siempre fuiste un depravado, y nunca te conocí una novia, de verdad, jamás en todos estos años conocí a ninguna pareja tuya, cosa que me desconcertaba porque eras un auténtico depravado, te encantaban las mujeres, todas. Te follaste a mi chica.

De cualquier modo, por aquél entonces yo ni siquiera pensaba en eso, tenía mi propio infierno privado, además yo no era ningún santo ni ningún mártir. Me la traíais floja tú, ella, y el resto de la humanidad, solo quería vivir rápido, esquivar el dolor, alimentar mi lujuria y cuando el efecto pasara y volviera el dolor, entumecerme de nuevo inmerso en el placentero ritual. 
Como ves, estando sumido en semejante espiral, no formaba parte de mis pensamientos lo que tú hicieras, cómo lo hicieras, o que le dieras a mi chica lo que yo le daba a las chicas de los demás.

La cuestión es que hoy llevo todo el día recibiendo opiniones, recibiendo opiniones que no he pedido nunca, CHICOS, CHICAS, cuando vayáis a dar vuestra opinión sobre algo, aseguraos de que al receptor PUEDA INTERESARLE LO MÁS MÍNIMO la sarta de CHORRADAS que vayáis a escupir por esas preciosas boquitas, de verdad, estoy seguro de que podéis darle un mejor uso.
Si os sentís dolidos y dolidas, dejadme deciros que si decidís tener como mascota una Boa constrictor, podéis ser devorados por esta el día menos pensado. Se que algunos y algunas queréis intentar ser malos, tipos peligrosos, hacedme caso, no intentéis ser nada, simplemente dejaos llevar por vuestros impulsos, esos impulsos dictan lo que sois, os arrastrarán hasta lo que de verdad amáis, hasta lo que buscáis.
Nunca decidí ser como soy, pero aquí estoy, soy el resultado de un cúmulo de circunstancias y experiencias, en su gran mayoría traumáticas y aterradoras, pero algunas increíblemente brillantes y reveladoras.
Nunca me esforcé por hacer nada de lo que hice, de verdad, yo solo estaba allí y todo salía solo, nunca quise gustaros a ninguna, ni lo intenté, solo me he dejado arrastrar.
Y como veis, aquí estoy, "de la piel del diablo", he encontrado lo que de verdad me hace sentir, sin ni siquiera saber que lo estaba buscando.
Es extraño, pero así debe ser, he tenido todo lo que la mayoría de vosotros solo podréis soñar, he probado muchísimo más de lo que debería haber probado, y en realidad nunca busqué nada de aquello, nunca me hizo sentir, nunca fue suficiente, por eso no me quedé, y ahora, de repente, cuando menos lo esperaba caí de rodillas rogando.

Tampoco busqué esto, de hecho, después de echar un vistazo retrospectivo y ver como suelen ocurrir las cosas en mi vida, las situaciones surrealistas a las que me he enfrentado, de las que he disfrutado, de repente, en el lugar menos pensado, en el momento menos pensado y haciendo algo completamente trivial, aparece ELLA, la persona que menos me esperaba encontrar, y me enseña nuevos niveles que nunca había rozado.
Nuevos niveles de deseo, nuevos niveles de características personales que creía mermadas, nuevos niveles del miedo (porque es la primera vez que me da miedo que alguien pueda desaparecer, como yo siempre he hecho), en definitiva, parece ser que de cualquiera de las formas yo iba a ser arrastrado hasta aquí, hasta encontrarme con ella para: ¿Darme una lección? Es muy posible. ¿Para que me destroce? Tiene toda la pinta. ¿Para que ahora que soy yo el que no puede prescindir de mi dosis diaria de ELLA, termine jodido y quedándome con las ganas? No me extrañaría. ¿Y qué? Tampoco pedí nada de lo otro, ni lo bueno ni lo malo, así que simplemente haré lo que mejor se me da hacer, alimentarme, ser yo mismo, ser esa máquina de consumación del placer y la autosatisfacción que vino al mundo hace 26 años y dejarme llevar.

En fin, amigos, ella ha vuelto a colarse, solo quería deciros que si adoráis a Satán, es muy posible que os acabéis quemando. Y también deciros que mi especialidad es joderos la vida, así que mientras el papel medie entre nosotros, todos y todas estaréis mucho más seguros (Ya sabéis niñas, nada de dormir bocabajo, eso tienta a Satanás). En cualquier otro momento estaría encantado de poder recibiros a todos y todas, incluso podría fingir que me interesa algo más que dejaros agotadas como pilas usadas, y yo quedar saciado, cansado y con la mente en blanco, pero ahora mismo estoy sufriendo mi propia condena.
Estoy sufriendo mi metamorfosis emocional, como la historia de Kafka, solo que al revés, mis emociones de escarabajo pelotero están ahora volviéndose humanas, más humanas que nunca, y todo por ELLA (¡Que podrías ser tu! Ja ja ja no en serio, olvidad esto último, solo Luci y yo sabemos de qué va).

Después de esta introducción permitidme que vuelva a mi viejo amigo el folla-novias. Bien, vuelvo contigo.
Debes saber que eres otro monstruo como yo, pero con diferente forma, diferente manera de hacer las cosas, diferente mirada, sinceramente, creo que tú estás bastante más jodido que yo, y eres peligroso, realmente peligroso.
Eres hermético, políticamente correcto, no llamas la atención, actúas tal y como se debería actuar a ojos de los demás, eres un verdadero sociópata, y aún así, yo te quiero como a un hermano.

Allí estábamos los dos, una vez más habíamos eludido nuestras supuestas responsabilidades y habíamos huido hacia el mar, nos gustaba dejarlo todo durante horas para tumbarnos junto al mar, mirando fijamente a la inmensidad, como esperando algo, sin decirnos nada. Solo fumando, o leyendo algo, o tocando alguna canción.
Escapábamos del instituto y nos pasábamos por casa de nuestro camello, que a su vez era la madre nuestra amiga Esther, y tú tenías que esperar abajo, porque decía que le dabas miedo. 
Yo subía, porque yo le parecía tierno por algún motivo inexplicable, y tardaba mucho en bajar a veces, y bajaba con mucho más material del que nos correspondía por la pasta que llevábamos, y a veces bajaba pronto con solo unos restos.
Nunca te conté nada de aquello porque se que te follabas a Esther, y se que con un par de mamadas habrías acabado cantando, y no te lo reprocho, pero entiende que habría sido un problema para todos, su padre era Guardia Civil.
El caso es que yo subía, y allí se encontraba ella, vestida en plena mañana como si fuese a una especie de gala o a recoger un Oscar. Dejaba la puerta abierta y se volvía hacia su habitación, y yo siempre golpeaba tres veces la vieja puerta de madera y entraba, avanzaba directamente hasta su cuarto, y allí estaba ella, tumbada en la cama, con el vestido dejando ver prácticamente toda su intimidad, esperando su ración de carne fresca.
A mi me daba igual, ni la deseaba, ni me resultaba desagradable, solo lo hacía, tenía buena hierba.
El caso es que según su nivel de antidepresivos y tranquilizantes en vena, teníamos uno de los dos espectáculos posibles.
Una de las posibilidades consistía en que yo me acercaba al borde de la cama, soltaba la mochila del cole, ella gateaba hacia mi, me desabrochaba el pantalón y se me tía mi congelada polla en la boca (una sensación realmente agradable), donde poco a poco iba creciendo a una velocidad de vértigo, hasta alcanzar el punto en que tenía que sacársela de la boca y comenzar a succionar porque de otra manera habría muerto con mi aparato atravesado en su garganta. Nunca he podido tener las manos quietas, así que mientras tanto yo iba calentándola un poco, aunque la señora era bastante tradicional, no pedía nada del otro mundo, un sexo de lo más común y aburrido, solo buscaba alguien que aguantara algo más de los veinte minutos reglamentarios del sargento, y si se terciaba, un poco de sexo anal (en este punto chillaba como una cerda y a veces llegué a temer por su vida, rozaba el desmayo).

La otra posibilidad era la siguiente: Si estaba demasiado dopada, solía encontrármela en el salón, con una bata de seda y todos los accesorios que un pintor necesitaría para su obra maestra: caballete, óleos, paleta de mezclas, etc.
Cuando me encontraba esa escena, ya sabía lo que tocaba, así que lo primero que hacía era enchufar la estufa más cercana, y luego acercaba ese butacón que tanto le recordaba a su hermano pequeño (que murió muy joven), y me sentaba desnudo en él a fumarme tranquilamente un petardo.
Luego, cuando  afirmaba haber terminado, me vestía, me acercaba a ver su obra (un montón de garabatos de miles de colores en una mezcla heterogénea que parecía más bien la pota de un perro y le decía "Perfecto, Ángeles, sabes captar mi alma a la perfección" y luego le besaba la frente.

Seguro que nunca pensaste que estas cosas ocurrían detrás de la hierba que fumábamos mirando al mar.
Seguro que no imaginas tantísimas otras cosas que pasaban, como por ejemplo con esos poetas de mierda que me presentabas, esos lameculos que no paraban de traerme cuartillas y cuartillas llenas de basura para que les comentara qué me parecían, y ante tal promesa, esos niños ricos nos prestaban sus coches caros, nos prestaban sus mujeres caras, nos ofrecían sus drogas caras en sus fiestas caras a las que nos invitaban.
Ahora que lo pienso, hacíamos un buen equipo, no estuvieron nada mal esos años, luego pasó lo que tenía que pasar, caminos distintos.
Me alegró verte el otro día, me alegró contarte lo que me está pasando, y que te interesara y me escucharas y en cierto modo te alegraras por mi (siempre te gustó verme metido en líos).
En fin, comprenderás que rece cada noche para que nunca llegues a conocer a Luci, puedo perdonarte una vez, y porque no me importó, pero ahora mismo no me importaría hacer contigo una de las cosas que mejor se me da hacer, solo con pensar en que le pusieras una zarpa encima.
En definitiva, creo que mañana o pasado nos veremos.

Hasta aquí puedo escribir, podría contaros que esta ha sido la historia de cómo detrás de las pequeñas cosas (como ir a pillar hierba, o pintar un cuadro, o echar un polvo) se esconden grandes historias, se esconden cantidades industriales de dolor y demás porquería.
Pero soy un sádico, me encanta ver como las personas se equivocan, como le dais vuestra genial interpretación, aunque a veces me provoque un poco de vergüenza ajena.
Me encanta ver el brillo en vuestros ojos cuando como una estrella fugaz, la idea de que podéis ser vosotras esa Luci de la que hablo, se os pasa por la cabeza. Resulta incluso excitante, pero solo una es Luci, solo TÚ eres luci, y solo contigo es esta guerra, o contra ti, no hay término medio. Y me encanta. Y te encanta.
Y tenemos asuntos pendientes. O al menos me gustaría que los tuviéramos.


Buenas noches.

No hay comentarios:

Publicar un comentario