sábado, 31 de agosto de 2013

De señales, comida basura y Rock and Roll

Hubo un tiempo en el que no podía hablar. Hace muchísimo de todo aquello. No es que me asustara hablar, es solo que si había callado ante situaciones terribles que había tenido que contemplar en mi más "tierna infancia", sin abrir la boca por no saber qué decir para detenerlas, ante situaciones triviales decidí adoptar la siguiente posición: "Mi opinión es mía, no va a cambiar nada, me la guardaré y cuando llegue el momento de decidir, de actuar, entonces haré lo que me parezca que debo hacer".
Se que no es una opción que todo el mundo ve bien, de hecho tengo que confesar que a veces he rozado el autismo, pero como dije arriba, eso fue hace mucho tiempo (no cuando paseaba a mi perro escuchando música tranquilamente), esa etapa terminó, porque ningún hombre es un pozo sin fondo (a veces dudo al afirmar esto, sobre todo en asuntos de comida, sueño y sexo), ningún hombre puede barrer debajo de la alfombra eternamente, en algún momento explota por alguna parte.

Normalmente, a esta hora de un Sábado noche estaría por ahí metido en líos, o metido en alguna vagina (he visto alguna que otra en la que me juego un brazo a que podría caber entero), y todo apuntaba en esa dirección, he dormido todo el día para apagar los gritos de los demonios de la resaca, he tenido mi dosis de Rock and Roll, he tenido mis pequeños roces diarios y he vuelto a triunfar, porque he vencido y he herido, ni siquiera me molestó, no me importaba una mierda el motivo de la discusión, pero tengo un respeto que mantener y decidí machacarte, luego el Rock and roll nos ha unido, porque esperamos que nos lleve lejos de aquí, lejos de todo esto.
También he tenido mi ración de alimentos, y no puedo parar de pensar en que si tuviera que etiquetar este día bajo alguna categoría, esta sería la de "Ha sido un día comida basura".
Normalmente no me quejo de esto, los que seguís mis publicaciones sabréis que soy un amante de las situaciones de las que uno sale mal parado, de los amores obscenos, de los polvos prohibidos, de la sordidez y la desolación espiritual. Normalmente no me quejaría por tener un día comida basura, me hubiera servido de inspiración, algo de utilidad habría sacado de ello, como toda buena comida basura, la habría acabado vomitando, pero hoy es diferente.
Desde pequeño, tengo la mala costumbre de hacer amistades de dudosa moralidad, y creo que últimamente me codeo con la Créme de la Créme del mal, con la guía Campsa de las mejores paradas hasta llegar al infierno, y eso me encanta.

El caso es que ahora, después de establecer este contacto, cualquier cosa que no haya pasado por su "toque", sabe a nada. Como una comida sin sal.
En cualquier otro momento no habría tenido queja alguna de tener un día así, resaca, canciones, historias, camareras buenorras, viejas batallitas de las que eres el héroes, dormir todo el día, Rockandrollear con tu grupo con el que esperas seguir sembrando el mal, metéroslo por las orejas, y como colofón, ponerse hasta arriba de comida cerda.
 Nada. Ha faltado algo esencial, y no es que esté decepcionado porque no haya podido usar mi pase VIP como tenía previsto (que también me da rabia, a pesar de que cada vez que se retrasa, se pone más interesante), es solo que el simple hecho no de recibir mi dosis mínima diaria me hace sentir vacío.
No me creo que esté diciendo esto, soy el puto McGiver de llenar el vacío, de llenar vuestro vacíos, entrando en vosotras, y de llenar mi vacío, entrando en vosotras, entrando en vosotros a través de vuestras chicas, de vuestros miedos, ingiriendo cantidades increíbles de sustancias prohibídas, vomitando palabras sobre el malherido folio en blanco, en definitiva, hace años que no me siento vacío.
Ahora, de repente, es simplemente no tener mi porción de risas, de intimidad, de conversaciones que consiguen mantener mi interés (cosa que no pasa habitualmente con el resto de vosotros y vosotras), de cruces de miradas, de su piel, de sus labios, de su crueldad, de su locura, de sentir la sangre bombear en su corazón con solo rozar sus manos, y ya podría hacerse realidad el más obsceno de mis sueños, que seguiría siendo un día "comida basura".

De las diferentes paradas a las que me han llevado estos caminos de locura, tristeza, vicios, excesos y espinas, esta es la más desconcertante de todas.
Y no os equivoquéis, mientras estoy aquí sentado, no me siento como un alma perdido ante una posibilidad de redención, no estoy cambiando para bien, al revés, sentirme perdido, desconcertado, vacío, hace que sea mucho peor, "Cuando el diablo se aburre, mata moscas con el rabo", y tu hoy hoy lo comprobaste je je je (Lo siento, chica, pero no lo siento y tenía que ponerte en tu sitio, para yo seguir en el mio).
La otra cara de la moneda, es que cuando tengo mi dosis de lo que necesito(si, llegados a este punto es obvio que te necesito, urgentemente ¡Vaya sorpresa! si todo lo malo engancha...), soy todavía mucho más malvado.
Se fusiona mi odio hacia todo, con su ácida visión del mundo, se mezclan nuestras manías para hacer de nosotros un par de tarados peligrosos, se unen mi sordidez y su lujurioso buen gusto.
Creo que se podría decir, que me hace enorme, enormemente malvado, me recarga las pilas. De verdad, es como si mi dosis diaria de lo que ella tiene, fuese el famoso brebaje que hace que pase a ser del cínico y cruel Dr. Jekyl al que conocéis, a un aterrador Mr. Hyde.
Multiplica las habilidades, despierta aún más mis sentidos, me hace querer ser más egoísta, más despiadado, más elitista, más irónico, más torturador, más juguetón (en el peor sentido de la palabra), es la droga perfecta (bueno, no, la droga perfecta sería aquella de la que puedes disponer cuando te apetezca, aunque bueno, la dificultad de acceso es otra de sus virtudes).


La cuestión final de la que quería hablar, la que me tiene aquí desvelado cuando son las 4:25 de la madrugada es la siguiente: Las señales.
No puedo evitar pensar que las señales existen, no tengo más que mirar atrás para comprobarlo, en serio, probad y encontrareis una señal avisando de cada acontecimiento, pero por otra parte tengo claro que la interpretación de las señales es bastante dudosa.
Mi situación es la siguiente, se me jode mi medio de transporte y paso a depender de terceras personas para regresar a casa a tiempo para morir a gusto de sobredosis. Cuando doy por perdida la ocasión, parece que al menos después de todo voy a tener una pequeña parte de intimidad, voy a tener mi ración de su voz, de nuestras cosas, de nuestras rarezas compartidas, y justo cuando estamos tratando temas fundamentales y espinosos, perdemos la comunicación hasta extremos insospechados tras una vez más, soltar una de mis frases en el momento oportuno: "No quiero casarme contigo", algún día, dentro de mucho tiempo, cuando ya nada de esto duela ni una cuarta parte, transcribiré varias conversaciones del día, para que veáis que sigo siendo yo y me siguen ocurriendo cosas surrealistas. Sigo siendo una comedia humana. Un drama. El hombre-tragicomedia.
El caso es que estamos incomunicados, no han ocurrido más que cosas que han impedido nuestro contacto, y sería muy lógico pensar que son señales, que hay algo advirtiendo que no nos acerquemos demasiado, que no somos buenos, que somos fuego y gasolina.
Bien, me parece lógico pensar eso, pero, ahora en serio ¿Pensáis que con mi currículum aún conservo la capacidad del pensamiento lógico?
Cuando miro hacia hace unas horas y repaso lo que ha ocurrido durante el día de hoy, no pienso en señales de advertencia para que nos evitemos, pienso en señales de que te has acercado al huracán, de que caminas junto al pequeño desastre ambulante, y que la consecuencia de ello es empezar a formar parte de las catastróficas escenas y contratiempos que hacen de mi vida, una curiosa historia que al parecer resulta interesante y de consuelo para tod@s los deprimid@s, psicópatas, cobardes, maniáticos, alcohólicos, violadores y profesores que miran por debajo de las faldas de sus alumnas que me leéis.

No creo que sean señales de que paremos nada, ni de que lo aceleremos, simplemente ocurre que si sales a cenar con caníbales, antes o después, tú vas a ser la cena.

En fin, creo que hasta yo, que he firmado un pacto con el diablo, que sueño un día con el suicidio y otro con conquistar el mundo, que me quedo con la peor parte del Rock and roll, del sexo y con la peor de las drogas, me merezco descansar un poco. Ahora intentaré digerir este pesado día de comida basura lleno de señales y música violenta y excitante, lleno de erecciones, odio salvaje, situaciones descorazonadoras y polvos nocturnos en cada esquina, y me iré a descansar.. Se lo que estáis haciendo. Me parece bien, pero que no os vean.

Seguid haciendo lo que mejor se os da, o lo que más os apetece, alimentad vuestros perturbados corazones, que a mi me parece genial, porque sois lo único verdadero que se arrastra por la tierra, y os hace únic@s, misterios@s y excitantes. Seguid, porque los caminos que recorremos son tremendamente inciertos y nunca se sabe qué es lo que te puede ocurrir, qué es lo que te puede matar detrás de cualquier esquina, nunca sabes si algo tan absurdo como ser proveedor de un determinado tipo de comida, puede salvarte de que ilumines con tu brillante dentadura, el interior de la fosa que en alguna parte te espera,

Buenas noches.








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